Debut en la categoría de la National League, la 5º división del fútbol inglés, y como todos los estrenos estaba el riesgo de seguir en caída libre, adaptarse a lo nuevo, imponer la experiencia, la capacidad de los nuevos dueños (Nigel Travis), etc. Claro que teniendo una liga tan larga se pueden pasar por varias situaciones, como se demostró después a lo largo del año. Por cierto, volvió Mooney a casa.
El primer mes de liga fue muy bueno situándonos en los puestos de ascenso directo y playoff. Pero llegó octubre y con él una racha alterna de derrotas y empates que nos llevó hasta diciembre a ocupar posiciones de peligro para bajar a la sexta división. En eso que se fichó como entrenador a Justin Edinburgh lo que supuso un revulsivo hasta el final de temporada, si bien era tal la distancia con la zona noble de la tabla que lo único que pudo hacer fue terminar en mitad de ella. Eso si, los datos del míster fueron de casi 40 puntos en una sola vuelta.
Para el año que viene habría que seguir con los mimbres que ha tejido Edinburgh y aspirar a salir del hoyo de la National League y volver a donde los O's se merecen que es la Football League. Al menos, la incertidumbre de estos años pasado se ha dejado a un lado para seguir creciendo. Lo úinco malo que en el fútbol moderno se pierden algunas cosas como son el nombre de los estadios, pero en este blog el Leyton Orient seguirá jugando en Brisbane Road.
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